16 feb 2009

EL ARTIFICIO RADICA EN_



Entre las formas no tradicionales de la expresión artística y el delta de la contemporaneidad, Francisco Benítez se sitúa en un contexto mas amplio y referencial que la sola ciudad de Monterrey.

Su aportación se sitúa en instalaciones compuestas por elementos mejores incluso que la realidad misma. Video e imágenes digitales tienen en común un vivero de ideas que paradójicamente se implican en la historia de un crimen, el del asesinato de la realidad. Es decir, lo que el filósofo posmoderno Jean Baudrillard denomina como el exterminio de una ilusión, la ilusión vital, la ilusión radical del mundo. Esta destrucción posee sus propias leyes de reconstrucción, las cuales se inclinan hacia la estricta autenticidad con la ficción de la puesta en escena de la práctica cultural ejemplar de Benítez, en donde en forma casi imperceptible, se oculta el abismo de la realidad, porque desgraciadamente, ese crimen jamás es perfecto.

Sin embago, la biosfera que Benítez propone, parece cargar con un castigo, el de la perfección. Ese control que impera en su obra es el de la reproducción simbólica. Su móvil es el intento de lograr el artificio al grado de confundirse con la realidad a través de la exploración lúdica y del horrr de la verdad, en esa equivalencia escencial.
Pero existe un peligro en esta exposición, el cual es el hecho de acercarse al crimen perfecto. Es a través de la decodificación de la huella que el público reconoce los elementos. Evidentemente es notoria la resistencia cultural del artista a la pulsión fundamental del no dejar huellas del crimen.

Por lo tanto, con su obra, Benítez busca compender esa equivalencia radical que explique un posible camino, aquel en donde todo se valida ante los sentidos de quien observa las piezas.

Ovidio Espinoza Velarde

El Artificio Radica En_

Galería del IMNRC. Monterrey N.L. 2004

1 comentario:

  1. Ciencia: teoría y hecho

    A través del tiempo y el espacio, en la mayoría de las circunstancias el sentido común o inconsciente social se ha vuelto un obstáculo a vencer para generar conocimiento.
    Cabe preguntarse ¿cuál es la piedra filosofal que guarda esa historia que le interesa a la ciencia? Literalmente ésta se encuentra presente al momento de darle movimiento a la teoría siempre cambiante, así como al hecho sucedido e identificado.
    Tanto autores como William J. Goode y Paul K. Hatt afirman al ofrecer Métodos de Investigación Social que ante la búsqueda del mundo occidental por lograr el dominio sobre el mundo material, tienen que recurrir a teoría, a los procedimientos y a objetos de observación.
    La orientación principal cuando el investigador se sumerge en conducciones empíricas según Goode, podría ser la consideración de, “relaciones entre afirmaciones”. Es decir, a partir de lo que sistemáticamente los autores proponen, sería necesario, para encontrar interacciones, resumir hechos observados y señalar los no observados.
    En contraste con el intento y la tendencia de organizar proyectos por parte de los científicos, sería un reto estimular el azar del acontecer para descubrir nuevas teorías, pero el riesgo a enaltecer los hechos negativos como útiles, implica transgredir paradigmas que favorecen el control social.
    Good y Hatt sostienen que mediante la reformulación y redefinición se puede llegar verdaderamente a probar la realidad, incluso en los mecanismos del laboratorio, “es raro que surja un hecho y no encaje en su teoría previa o hipótesis alternativas”. Lo cual implica la necesidad de tener especificidad para poder lograr exactitud con responsabilidad, en lugar de recurrir a la especulación filosófica.
    Asimismo, para seguir avanzando y superar los nuevos hechos que requieren cambios, previamente el investigador tiene que hacer identificaciones planteándose preguntas inquietantes. Por ejemplo ¿cómo se puede descubrir una nueva hipótesis? sería muy sencillo tener previamente una perspectiva limitada y cerrarse ante las salidas sorpresa que surgen en el camino sinuoso del investigador. Pero descubrir lo nuevo es hacer ciencia, contrario a lo que la opinión popular señale ante hechos desconocidos estigmatizándolos como fenómenos aislados y discriminando cualquier manejo para relacionarlos. Es ahí cuando resulta en un problema teórico que con actitud de alerta puede llegar a beneficiar al investigador por medio de su conceptualización ordenada.
    Por lo tanto y en conclusión, la complejidad aparentemente disfuncional de un error de hecho, puede llevar a la creación de teorías o viceversa, teorías aplicables falibles conducen hacia hechos relacionados entre sí. Las conexiones están ahí, únicamente hay que saber explicarlas para beneficios de la divulgación y desarrollo de la humanidad.


    UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEON

    Facultad de Trabajo Social
    Estudios de Posgrado
    METODOLOGÍA CIENTIFICA DE LA INVESTIGACIÓN
    27 de Agosto del 2007
    Profesor Dr. Manuel Ribeiro Ferreira, (posgraduado)
    Alumno: Lic. Ovidio Espinoza Velarde, M.A.

    Tópico: Ciencia: teoría y hecho

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